Los policías en Ecuador que también son atletas de alto rendimiento cubren su jornada laboral normal y terminando se van a practicar natación, atletismo, futbol, etc. No se les perdona un día de entrenamiento.
Entre los integrantes de la familia Tamayo hay seis elementos policiacos: el padre y cinco hijos. Juntos han servido a la ciudadanía por más de cien años en tres poblaciones ecuatorianas. Ellos destacan no solo por su labor como guardianes del orden, también lo hacen en los deportes y representan atléticamente a su país en el mundo.
El patriarca Marcelo Tamayo en la década de los 80, fue el creador de la Federación Deportiva Policial Ecuatoriana que fomenta la práctica deportiva de alto rendimiento entre los uniformados.
Él en su juventud destacó en atletismo y fútbol. Estuvo en las filas de la Policía ecuatoriana durante 33 años de servicio.
“Nos becaban a los mejores deportistas. Entré a la Policía y comencé a dar satisfacciones como campeón sudamericano y récord ecuatoriano en atletismo; también fuí futbolista y fundé el Club Deportivo Espoli, que es conocido a nivel internacional. Cuando entré a la policía puse mis conocimientos para dejar un legado como es el Club de Fútbol y la Federación Deportiva Policial que es la encargada de velar por los policías y que los deportistas también puedan entrenar y prepararse fuera de sus horarios laborales. Es un sacrificio que los policías-deportistas hacen y que a veces no es reconocido, pero es una satisfacción personal, para nuestras familias y el país”, nos comentó.
Para desempeñar la labor policial en Ecuador es fundamental la vocación y la capacitación, reconoce el coronel: “en mi tiempo trabajábamos 15 días seguidos y salíamos tres días francos. Los horarios no son definidos, a veces se trabaja de 7 de la mañana a 6 de la tarde, pero muchas veces se alargan las horas de trabajo para hacer informes, a veces hasta 12 horas depende de los problemas que se tengan”, añadió.
Sus cinco hijos heredaron la pasión por servir a la ciudadanía, uno a uno le fue externando su deseo de volverse policía.
“Es una satisfacción, pero también un compromiso social. Es difícil la profesión pero si mis hijos tuvieron la idea de servir, como su padre, yo los apoyo. El trabajo que están haciendo es colaborar con la ciudadanía, con los más necesitados. Ayudar y servir a la comunidad es la mejor profesión, con eso nos sentimos satisfechos que las cosas mejoren en nuestro país y en el mundo”.
Actualmente el horario de un elemento policiaco en Ecuador depende del servicio preventivo correspondiente a la jornada, por lo regular se extiende de las 6 de la mañana a las 10 de la noche, sin horas especificas de almuerzo. Pero sin importar largas jornadas el entrenamiento para los policías-deportistas de alto rendimiento no se perdona.
“Es muy necesario que un policía tenga un buen físico para poder servir correctamente a la ciudadanía. La disciplina no es simplemente lo físico, es también en lo mental, complementa” explica el Capitán Carlos Tamayo, experto en criminología, quien lleva 14 años dentro de la corporación policial.
El ejemplo de empatía que vieron en su progenitor fue vital para que los cinco muchachos se enamoraran del oficio policiaco y el deporte.
“Vimos un ejemplo a seguir, su personalidad es brindar ayuda a las personas sin conocerlas. Nos incentivó para ser deportistas y ser cada día una mejor persona”, subrayó el Capitán Alejandro Tamayo, con una década como policía.
Aunque han enfrentado situaciones difíciles como uniformados ecuatorianos, han sobrevivido y adquirido experiencia profesional. Sin embargo, todos en la familia saben quién es ‘la generala’ y se le cuadran.
“Tengo cinco hijos varones, cada uno de ellos decía: ¡Quiero ser como mi papá! Yo les dije: la carrera que quieran, pero háganla bien. Todos se fueron a lo mismo que el papá. Yo me encargué de criarlos cuando él estaba trabajando. ¡Así que yo soy la generala!”, nos dijo Ruth Alicia Benavides, entre risas.
Los Tamayo se encuentran en Guadalajara participando en los Juegos Latinoamericanos de Policías y Bomberos 2023 que congrega a 220 uniformados provenientes de 17 países.
Texto y Fotos: Adriana Luna
