Amal tiene 10 años, es gigantesca, ríe mucho mientras viaja por el mundo en busca de su madre. Las injusticias le indignan, llora, se enoja, se cansa, pero en su andar conquista corazones y crea conciencia sobre la vida de los niños migrantes y refugiados.
Platicamos con David Lan, uno de los creadores de la marioneta Amal, quien huye de la guerra en Siria, se convierte en refugiada y recorre el mundo en busca de su mamá.
-La migración es un tema muy crudo, un monstruo de mil cabezas, ¿cómo una marioneta puede mover conciencia sobre la migración infantil? ¿Cómo lograron hacer que una marioneta gigante sea tan amigable, sonriente, conquistadora y captar su inocencia?
“No sé la respuesta. Lo que hacemos es un proyecto de arte. No somos políticos, no somos trabajadores sociales, tratamos de recordar a la gente que cada migrante y refugiado es un ser humano. Sólo busca una mejor vida, huyendo de la guerra, de la violencia. Cuando iniciamos este proyecto no sabíamos el impacto que tendría. Sólo puedo decir que Amal ayuda a la gente a pensar y sentir la experiencia de estar solo y encontrar un lugar pacífico. Ella es una niña siria, nosotros nos enfocamos en su fuerza, potencial, coraje y resiliencia como refugiada”.
Amal estuvo en Tijuana y se indignó al ver el muro fronterizo. (Foto Cortesía Yolanda Morales)
Recientemente llegaron a México y estuvieron recorriendo frontera entre Tijuana y Estados Unidos. Los creadores de Amal recordaron lo que han visto en Europa con los fenómenos de la migración y los refugiados, aunque hay similitudes con la violencia (en algunos lugares guerra declarada, y en otros, como aquí el narcotráfico) destacan la fuerza latinoamericana para sobreponerse a las adversidades.
“En la frontera mexicana vimos a gente de Venezuela y otros países. Es increíble ver la resiliencia, todo el esfuerzo que cada migrante hace por su familia para tener una mejor vida”.
-¿Te tocó el corazón ver a los migrantes varados en Tijuana?, le preguntamos a David.
“Mucho. Cuando estábamos en la frontera con Estados Unidos, ví a los padres exhaustos, tristes. Pero los niños estaban contentos, jugando. Es muy emocional”
“En la frontera mucha gente fue a verla en la playa. Ella se enojó mucho cuando vio el muro fronterizo. Ves la barda, es una agresión a la gente. La razón política podría entenderse, pero de forma humana es difícil de comprender. La mayoría del tiempo sonríe, es cierto, nos gusta ser positivos especialmente para la gente joven y estar abiertos a la reflexión”.
-Al visitar las plazas públicas, ¿qué niños se identifican más con Amal?
“Todos los niños se identifican. Nos sorprende ver cuán fuerte es la empatía. Tú la ves (a la marioneta) y dices: soy yo. Yo así era. Muy frecuentemente, la gente ignora o rechaza (a los migrantes), lo que hace Amal al arribar al centro de la ciudad es visibilizarse. La gente la reconoce”.
-La violencia obliga al desplazamiento de familias, ¿pareciera que es igual Siria y Latinoamérica, aunque aquí no tengamos una guerra oficialmente?
“La violencia duele en Gaza y aquí. Tienes razón. No puedo hablar de México, he leído muchos libros sobre la violencia en Latinoamérica, pero no he vivido aquí. Yo soy británico, pero vengo de familias migrantes, mis ancestros hace años huyeron de la violencia, fueron migrantes y refugiados. Mucha gente tiene que mudarse, migrar para salvar a sus hijos de la violencia, todo para darles un mejor futuro”.
-Los derechos humanos de los niños migrantes suelen ser violentados en el trayecto ¿es su imaginación lo único que queda intacta?
“¡Qué interesante pregunta! Deja pensar un poco. Muy frecuentemente durante los recorridos, los niños migrantes nos acompañan y dibujan junto con Amal, nos demuestran que son sumamente talentosos. Todos los niños saben qué pasa a su alrededor, es sorprendente ver todo lo que son capaces de asimilar, de sobrevivir, la habilidad de crear, su imaginación, su creatividad les permite crear un mundo nuevo”.
–¿Cómo se reconstruye un niño después de migrar? Se encuentra con una nueva vida, un país desconocido, un lenguaje nuevo, muchas veces solos. Y finalmente, ¿Amal encuentra a su mamá?
“Sabes, qué buenas preguntas, son muy difíciles de responder. Depende de si los niños migrantes cuentan con un adulto confiable o si logran crear buena relación consigo mismo. Pareciera que los niños son muy fuertes. No soy psicólogo, pero veo que los jóvenes migrantes pueden adaptarse, dependiendo la manera en cómo se les recibe en el nuevo lugar. Soy británico, en mi país muchos migrantes y refugiados llegan, es terrible, la pasan muy mal y empeora. Eso puede ser muy dañino a los jóvenes”
“He viajado mucho siguiendo a Amal, estoy muy impresionado de cuántas asociaciones o grupos de personas trabajan para ayudar. Los arreglos que hacen para recibir a los migrantes. Hay muchas organizaciones en las fronteras para que en unas horas puedan encontrar dónde comer, dónde descansar. En otros lugares, las Iglesias ofrecen alojamiento por dos días y les proveen lo necesario (a los migrantes). Encontramos aquí a miles de personas con buena voluntad, eso hace la diferencia. Hay muchos, que no, es una pena, Pero hay muchos que buscan como ayudar y Amal celebra a la gente de buena voluntad”.
Amal, la niña refugiada se ha convertido en símbolo de los derechos humanos. Comenzó a buscar a su mamá en Turquía, corría el año 2021, ha visitado China, Haití, Estados Unidos, etc. Todavía no la encuentra, pero a su paso deja un ejemplo de optimismo, esperanza y resiliencia. Un mundo mejor puede alcanzarse sin importar las adversidades que se tengan en la vida.
La pequeña siria estará estos días recorriendo Guadalajara y Zapopan en busca de su madre, ¿la quieres acompañar en su travesía?
La marioneta de 3.6 metros de altura. En Guadalajara estará el martes 14 de noviembre, arrancamos en punto de las cinco de la tarde en la explanada del Museo Cabañas hacia la Plaza de Armas.
El segundo recorrido será el 15 de noviembre, a las 19:00 horas en Paseo Chapultepec, de la calle Mexicaltzingo con rumbo hacia avenida Vallarta.
En Zapopan estará en la Plaza Juan Pablo II a las 5 de la tarde 15 noviembre.
Texto: Adriana Luna / Fotos: Especial