Cansado de vender paletas en el negocio familiar, el michoacano Rubén Jiménez decidió migrar hacia Estados Unidos, lo hizo como indocumentado y sin hablar una pizca de inglés, trabajó como ‘mil usos’. Al tiempo, junto dinerito y regresó a México para abrir su primera paletería, entonces tenía 22 años.
“Llegando al Norte trabajé de pintor, luego estuve en distintas empresas de comida rápida, también en una carnicería, vendí carros. Junté mis ahorros y me vine. Yo dije: ‘ya no regreso a Estados Unidos’, llegué espantado de allá”.
Con los años regresó de vacaciones a Estados Unidos. En un día caluroso entró a una paletería y vio lleno. Entonces se despertaron sus sueños empresariales, pensó en un concepto que conquistara a los hispanos.
“Yo no sabía todo lo que implicaba poner un negocio en Estados Unidos, los permisos, las inspecciones, etc. Yo creo que sí tardé unos dos años para poder abrir. Estuve pagando 11 mil dólares de renta. Y luego, se atravesó la pandemia. Cuando abro la paletería la deuda se me fue muy arriba, como 250 mil dólares. Anduve consiguiendo prestado”.
Todo parecía estar en su contra, incluso Rubén recuerda que una vez cuando intentaba arreglar el asunto de las inspecciones, al salir se da cuenta que le robaron su coche.
“Me llegó todo. La niña recién nacida. Fue dramático. Abrí la paletería, siempre me han gustado las redes sociales y también tomo decisiones drásticas, si se me viene algo a la mente, lo hago hoy o mañana. Empecé a grabar videos de cómo hacíamos las paletas, como era el negocio, eso me ayudó a que la gente empezara a llegar. Comenzamos cuatro personas y a los meses ya éramos 26 personas trabajando. Abrí mi paletería en California, me puse en un área cien por ciento hispana”.
El éxito fue apabullante. Las paletas costaban 1 dólar 85 centavos. Los hispanos hacían largas filas para comprar sus paletas, algunos hasta manejaban una hora de San Fernando a San Bernardino para llegar a la paletería.
“Me pedían que abriera otra allá, todavía tenía la deuda de la primera paletería y que me aviento a abrir la segunda y fue el boom. No me lo esperaba. Por día las ventas no bajaban de 15 mil dólares. ¡Vendiendo paletas! Metimos doble turno de producción y en cuanto sacamos las paletas se vendían”.
Hoy Rubén tiene 35 años de edad y es propietario de una franquicia paletera La Michoacana Plus en Estados Unidos, México, Europa y Emiratos Árabes. Su secreto, además de la tenacidad y su pasión por las redes sociales, fue proponer sabores mexicanos tradicionales y experimentos, por muy extrañas que fueran las combinaciones. Hoy maneja alrededor de 75 sabores diferentes pero muy mexicanos.
Texto: Adriana Luna
Ruben Jimenez
abril 19, 2023 at 2:12 am
Fue un honor y un privilegio tener la oportunidad de compartir mi historia de vida y mis experiencias en esta entrevista, y espero que haya sido inspiradora para ti y para otras personas que la hayan visto.
Gracias por tu apoyo y por tomarte el tiempo de escucharme gracias 🙏 Ig:@ruvas9