Guadalajara se está convirtiendo en la meca del cine latinoamericano, no solo por las oportunidades que ofrece para filmar, sino también por su talento creativo y artístico. Las producciones cinematográficas se vuelven tan diversas como novedosas por su creatividad aprovechando tecnología moderna. Es decir, en la Perla Tapatía se gesta el talento.
Precisamente este es uno de los motivos por lo que el Instituto Mexicano de la Cinematografía se ha vuelto uno de los grandes y permanentes, asistentes a FICG. Los estudiantes de cine necesitan guía para concretar sus producciones y para exhibirlas en festivales del mundo.
“Además de los apoyos a la producción cinematográfica que se otorgan a través de subsidios y estímulos fiscales, en el Instituto Mexicano de la Cinematografía promovemos el cine nacional con estudiantes a través de asesorías para rutas de festivales tanto en México como en el extranjero. Esta asesoría se ofrece a toda la sociedad cinematográfica, personas realizadoras pueden acercarse”, destaca Marcela Duanas, subdirectora de Promoción Nacional del Instituto Mexicano de la Cinematografía.
El IMCINE tiene una plataforma para estrenos y exhibición de audiovisuales: “tenemos la plataforma nuestrocine.mx, tenemos más de 1,500 títulos y 80% de ellos son títulos mexicanos. La suscripción cuesta 80 pesos al mes. Contamos también con la publicación del Anuario Estadístico de Cine Mexicano que contiene datos duros sobre producción, exhibición, festivales, premios a (los miembros de la industria) cine mexicano”.

Literatura para cinéfilos
Los amantes del cine se deleitan con la literatura que narre lo que no se vio en pantalla, lo que está fuera del guión, las historias de personajes del cine y los secretos que guardan los rodajes.
“Por lo general, lo que más piden es la historia del cine mexicano, historia del cine en Guadalajara o en épocas específicas 50’s, 80’s, 2000, etc. Animación, historias adaptadas al cine como novelas, cuentos. Interesa el de Pinocchio de Guillermo del Toro, por el arte conceptual y todo lo referente a la película”, nos explica Humberto, de la Librería Carlos Fuentes.

Crédito: Especial
Tierra Niñas
FICG poco a poco se vuelve una gran pantalla internacional para que noveles cineastas muestren su creatividad en documentales, corto y largometrajes. Sorprendiendo al espectador pero también a los realizadores.
“En la Universidad del Desarrollo, Tierras Niñas fue mi proyecto de título (titulación). Muchas veces cuando estábamos filmando nos enfrentamos a problemas y situaciones, nos atrasábamos en el plan de rodaje, problemas con el equipo. Trataba de mantener la calma como líder del rodaje. Mi mentalidad era: ‘ya, este es nuestro trabajo de título. Lo estamos haciendo como equipo. Es una práctica’. ¡Nunca me imaginé que nos iba a ir así de bien!”, nos explica Zara Monardez.
La novel cineasta explica que todo el equipo pernoctaba fuera de su ciudad natal Santiago de Chile, así que al concluir la jornada de rodaje era tradición el intercambio de ideas con miras para mejorar, lo que ayudó tanto para corregir como para fomentar la unidad entre todo el Crew.

Crédito: Especial
Chile, su cine y el rostro humano
Patio de Chacales es una película chilena que muestra las reacciones que tienen las personas al observar y estar expuestas a la crueldad, el abuso y la violencia, en ocasiones obligadas pero otras veces, por morbo.
“Si bien está ambientada en la dictadura chilena, no tiene referencia directa, entonces se puede posicionar en cualquier lugar del mundo porque en realidad habla de un ambiente dictatorial, opresión y terror generado por otros, que no los podemos ver directamente”, explica su productor Alejandro Ugarte.
El ser humano puede ser increíblemente empático, pero también puede mostrar lo más horrendo de una persona, la brutalidad al torturar al prójimo. La belicosidad no siempre se da en la guerra, se observa también en países con supuesta paz. Esos temas que abren el diálogo, la discusión, la reflexión los puede abordar pacíficamente el séptimo arte.
“Te puedes encarnar en un personaje y vivir en carne propia el terror de otros, y cómo te puedes transformar de víctima en victimario. Entre los victimarios también hay víctimas. Parece un trabalenguas, un juego de palabras, pero esa es la búsqueda que tiene la película, hacer que el espectador viva en carne propia la experiencia de encarnarse en otra persona. Tiene un juego de percepciones, al ver las escenas… Eso pasa en Israel, en Palestina, en Estados Unidos con la expulsión de personas del territorio. El ser humano no ha evolucionado demasiado (en empatía)”, añadió.
Finalmente, el cine entretiene, al tiempo de hacernos reflexionar, mostrando el espejo de las realidades en las sociedad, reflejando el rostro humano con sus matices entre el bien y el mal.

Zara Monarde

Texto: Adriana Luna
Foto: Especial
