Con las redes sociales, las personas tienen una vida virtual muy activa, disfrutando a miles de amigos, aunque en su realidad permanezcan cada uno en soledad. Es decir, dan ‘likes’ con el corazón roto.
Se nos ha olvidado “la oxitocina que nos genera un abrazo, una buena plática, un cafecito. Ahora nos la pasamos dando ‘click’ a los corazoncitos, a los emojis de ‘me enoja’. En redes sociales nos pasamos buscando un poquito de lo que en verdad nos da la vida real, nos hemos vuelto adictos a eso. Damos likes con el corazón roto todo el tiempo, hay ‘likes’ envidiosos cuando ves a alguien que está en el Cairo y das el corazoncito cuando en tu interior quisieras ser esa persona. Ahora estamos enfermos de envidia en público”, nos comenta Rodrigo Ramírez de Ángel, quien escribió el libro La Tesis de la Soledad.
En un mundo con 8 mil millones de personas, millones se sienten solos. Puede haber quién este sólo, acompañado de un perro y se sienta completamente acompañado, explica el escritor.
“Cada quién percibe la soledad de diferentes maneras, en diferentes etapas, en la adolescencia la soledad quizás sea no tener un grande grupo de amigos, en la adultez tal vez sea otra cosa. Hay varias condiciones que pueden definir la sensación de soledad”.
En esta época de la hiperconectividad mundial, las personas se pasan la vida dando ‘me gusta’ a viajes, fiestas y la vida supuestamente abundante de felicidad que tiene alguien más, muy frecuentemente, enfermo de envidia. Con este libro ‘La Tesis de la Soledad’, el escritor intenta definir esos diferentes escenarios que pueden darse mientras cada persona enfrenta busca compañía con tal de no estar sola.
“Hay gente que trata de esconderse de la soledad, no aceptarla y en ese proceso se generan situaciones absurdas o chuscas. En la adolescencia, muchos empiezan a fumar por no sentirse excluidos del grupo social. Eso es absurdo. La presión social. Abordo la soledad desde diferentes maneras, que pueden ser absurdas, graciosas o cómo tratamos de engañarnos a nosotros mismos”
“Es un libro de cuentos que tiene un nombre de tesis porque lo siento como un estudio narrativo, cuentístico del tema de la soledad. Finalmente es un compendio de cuentos. No me atrevo a predecir el futuro, pero lo que sí me atrevo a decir, es que la pandemia nos llevó a lo que ya íbamos: la ficción de la compañía. Las redes sociales hasta llegamos a pensar que sustituirían o compensarían al mundo real y hacernos convivir mejor como seres humanos, expandiendo nuestras esferas sociales. Ahora la pandemia lo volvió exponencial, ahora vemos las consecuencias de que las redes son una pequeña ficción del convivió social”.
La soledad nos ayuda a reencontrarnos, a reflexionar, a crecer. Sólo hay que mirar hacia adentro de uno mismo.
Texto: Adriana Luna