Margarita López, una mujer indígena que vivía junto con su esposo Guadalupe Meza, en la zona de Mezquitán en Zapopan, Jalisco, era feliz. Llevaba en el vientre el fruto de su amor. Sin embargo, antes que naciera su bebé quedó viuda.
Fue entonces cuando la mujer se vio inmersa en un desafío de vida, tenía como patrimonio un terrenito en la comunidad ejidal; sin embargo, se gestó una lucha por sus tierras, cuando el machismo quiso adueñarse de todo porque ella era una mujer sola y oriunda de pueblos originarios. Finalmente nació su hija Paloma. Ambas enfrentaron injusticias y discriminación por años.
“Mi madre es analfabeta, no sabe leer, ni escribir. Ella perteneciente a una comunidad indígena en Zapopan. Las propiedades que tenían mi mamá, estas personas (del Ejido) las revendían y revendían porque mi padre falleció, mi madre estaba embarazada de mí. Fue una lucha constante”, explica Paloma.
De hecho, Margarita nunca pensó que Paloma absorbería todo ese peregrinar en oficinas públicas y juzgados sembrarían en su corazón el deseo de estudiar Derecho y convertirse en abogada.
“Tuve que estudiar Derecho para poder defender todo, ayudar a mi familia. Era una situación extrema, habíamos perdido hasta un lugar donde vivir. Nos llegaban demandas, citatorios. Inclusive mi madre fue víctima de diversos abusos y discriminación. Las personas nos querían amedrentar. Prácticamente toda mi vida me la pasé en juzgados”
“Yo veía a mujeres escribiendo en las computadoras. Veía que otras mujeres le recomendaban a mi madre que fuera a la Comisión de Derechos Humanos, noté que había mujeres que podían ser abogadas. Y me dije: ¡yo voy a estudiar Derecho, voy a ser abogada! Yo voy a darle fortaleza a mi madre y a toda persona que lo requiera”.
La tenacidad y brillantes de Paloma la llevó a ir paso a paso ganando experiencia y triunfos con base a la legalidad. Se especializó en Materia Penal.
“Recuperamos prácticamente casi todo lo que se le había quitado a mi mamá. Ahora he logrado ayudar a otras familias a recuperar su patrimonio y su libertad. Es una satisfacción enorme haber podido entrar a este mundo tan complejo cuando no tenía absolutamente a nadie. En una carrera que prácticamente es dominada por varones, fui agarrándome poco a poco con mis profesores para que me guiaran, mantenernos y sobresalir”, añadió.
Paloma ha llegado a conocer a otras abogadas en distintas partes del país, coinciden en que no les gustan las injusticias, algunas se han vuelto expertas en Derecho Constitucional, otras en Amparo, etc.
Todas las historias vividas por estas mujeres abogadas quedaron plasmadas en el libro ‘Voces de Justicia, memoria de mujeres abogadas’, que pronto será presentado a nivel nacional.
“Veo en ellas esa hambre de lucha, de ser escuchadas. Este libro no es feminista, es una historia de vida de cada una, lo que te propongas lo puedes realizar sin importar cuál sea tu origen, si eres hombre o mujer”.
El prologo de este libro que busca inspirar a mujeres y jóvenes a superarse y lograr sueños aunque parezcan imposibles, fue escrito por Olga Sánchez Cordero. Se trata de un “abanico diverso de realidades… distintos contextos, violencias y dificultades que muestran la resiliencia de nosotras, las mujeres”.
Texto: Adriana Luna / Fotos: Especial