Sandra a los cinco años comenzó a tocar el el piano. Sin imaginar que en su vida adulta ayudaría a pacientes en estado de salud crítico a despedirse de este mundo con su música, aliviando el dolor y curando su alma.
Ella toda su vida ha sentido una pasión por los instrumentos musicales, a los 12 años de edad tenía su título como profesora superior de piano y solfeo. A los 18 años terminó sus estudios como concertista de piano. Su padre al observar el amor a la música que tenía Sandra le comentó que existía la carrera de musicoterapia.
“Me inscribí. Todo lo musical, la lectoescritura musical, escribir partituras, dictado ritmico y melódico, todo lo tenía adoptado en mi vida. Es la única manera que tienes de verificar desde la ciencia como el paciente avanza y hace un cambio. Así entré a la carrera de musicoterapia, a la par fui tomando cursos de disciplinas médicas, aprendí más de farmacología y medicina. Me di cuenta que el campo que más me gusta más que una patología de autismo, TDAH o dislexia, me gusta más el abordaje al desafío: medicina crítica, neuro-intensivo, pacientes paliativos”, nos explica Sandra Schvetz.
Hoy se ha convertido en musicoterapeuta, profesora de Música, escritora, conferencista internacional. Tiene una maestría en Cuidados Paliativos Oncológicos. La especialista también atiende con música a bebés prematuros, en riesgo y en alto riesgo, les ayuda a aferrarse a la vida. De hecho, suele tratar a madres gestantes que viven un embarazo riesgoso.
Sandra Schvetz radica en Panamá y es una de las principales promotoras en el mundo de los beneficios de la musicoterapia en pacientes terminales para ayudarles a mitigar el dolor.
“El gran desafío para mí en la ciencia de musicoterapia es el paciente crítico. Si piensas bien cómo abordar al paciente y te compenetras en el caso para entender cómo colaborar o beneficiar como parte de un equipo interdisciplinario, se logran cosas muy importantes y de alto rendimiento para beneficio del paciente. Demanda mucha energía, si uno está con un paciente crítico, a mí en lo personal antes de ver al paciente me lleno de energía y de espiritualidad. Con el paciente en coma o inducido en coma, le pido a Dios: ‘mándame toda tu sabiduría, recuerda mi conocimiento para poder ayudarle’. Y me ha ido muy bien. El poder despertar a 25 pacientes es un logro importante”, añade.
Sandra ayuda todos los días a despedir de la vida a muchos pacientes que sufren severos dolores, ayuda con música para que entren en un estado de calma y de paz. Recientemente estuvo en Guadalajara, en el Hospital General de Occidente y ayudó a un niño con cáncer a partir de la esfera terrenal con música, su madre con lágrimas en los ojos quedó muy agradecida por haberle dado paz a su corazón.
“Sé que hice lo correcto, que hice un buen aporte, que me la jugué entera como Sandra la profesional. Salgo entera. Si sabes hacer un buen trabajo paliativo de contención, con la familia y el paciente. Una buena colaboración consciente para ser un buen bastón en ese camino. La musicoterapia en la medicina paliativa funciona como un bastón de sostén que se carga de mucho sentir para el paciente, tú lo sostienes y lo acompañas. Ayudar a elaborar un pre-duelo, o un duelo post, es importante ayudar al paciente y a la familia, para eso estamos. Es una de las funciones que me tocaron ser y hacer, lo hago con todo lo que tengo”.
Sandra Schvetz invitada por el doctor Guillermo Aréchiga, impartió un curso de musicoterapia a médicos tapatíos para que ayuden a calmar el dolor de pacientes terminales ayudándoles a despedirse de sus seres queridos en comunión y un ambiente digno y en paz.
Texto y fotos: Adriana Luna