Rosa es mujer, nació con discapacidad auditiva y de lenguaje, es miembro de la comunidad LGTBI+. Desde pequeña vive en un caldo de cultivo para la discriminación. Sin embargo, está acostumbrada desde pequeña a vencer cualquier desafío, fue parte de la primera generación sorda egresada de la Preparatoria 7 y pronto se convertirá en la primera abogada sorda de la Universidad de Guadalajara.
Ella no sólo ha desafiado a quienes le decían que ‘no podía’. En las clases de derecho, mantiene pensamiento crítico, externaba sin tapujos que el concepto de la ‘justicia’ en México a veces es tan retorcida que se mantiene lejos de ser justa.
Rosy todo el tiempo en clases es acompañada por una traductora para que en su idioma natal pueda entender el complejo mundo de las leyes. Decidió convertirse en abogada para defender los derechos de los sordos. Rosy aún sin concluir su carrera se ha interesado en ayudar con casos vinculados a personas sordas que están privadas de su libertad. Le apasiona el derecho tanto civil como penal, no se diga lo correspondiente a los derechos humanos.
Manuel, de origen jalisciense y director de cine conoció a Rosa hace siete años. Al conocer su historia, sus desafíos y sus luchas de vida, comenzó a preguntarse si es la palabra y la voz la única forma de comunicación. Se adentró tanto a la historia que comenzó a estudiar lenguaje de señas mexicana.
Tanto Manuel como director y Mónica como productora llevaron a la gran pantalla un documental llamado El silencio de las manos, que aborda la migración, discapacidad, comunidad LGBTI con perspectiva de género.
Originalmente el documental sería solo 15 minutos, pero al abordar tantos ángulos polémicos para la sociedad, la duración del proyecto se alargó a más de una hora.
“A mí me gusta el cine porque me choca, me rompe la estructura de lo que yo tenía estructurado (en la mente y en la vida)”, nos comentó Manuel.
La historia de vida de Rosa y de Sai, como pareja quedó plasmada en el documental ‘El silencio de las manos’ que se presentó en el Festival Internacional de Cine de Guadalajara, edición 39. La audiencia conoció los temores y retos de Sai en su proceso interno para decidir el cambio de género, volverse varonil y estar de acuerdo con la imagen que tenía de sí mismo como ser humano. La sala repleta de espectadores prorrumpió en aplausos cuando el documental terminó, dejando una transformación también en la mentalidad del público.
Texto: Adriana Luna / Foto: Paco Guasco