Don Alberto Torres es originario de Teocaltiche, Jalisco, tiene 70 años de edad y ruega a los jóvenes que ¡pongan de moda el usar sombrero!
“Tenemos un sombrero que hace muchos años se usaba, se llama: Charro Villista. Se usaba en los años de la Revolución, en la época de Pancho Villa. Ahora volvió a estar de moda este sombrero, le gusta a los charros”.
Para que la tradición artesanal del sombrero charro sobreviva por generaciones, es indispensable que los muchachos vuelvan a usar este accesorio.
“Consuman lo artesanal, los productos de palma que son artesanía mexicana. Que los jóvenes, los señores, los niños, las mujeres, todos. Usen sombrero para que no se acabe la tradición y para que se protejan del sol”, añadió.
El septuagenario artesano recuerda que “desde chiquillo” su abuelito Pablo le enseñó a cortar la paja para tejer el sombrero que protegería a los campesinos del agobiante sol durante “la labor”.
“Mi abuelito los hacía a mano, aprendió por tradición familiar, trenzaba la palma y los cocía a mano. Primero enseñó a mi hermano mayor y luego yo aprendí a hacerlos con la palma, yo tenía 17 años, empecé en 1972 a fabricarlos. En aquel tiempo todo lo hacíamos artesanal, no había la industria que hay ahora”
“Gracias a Dios he venido evolucionando el proceso, antes los cocía a mano, pero después pedí ayuda y me apoyaron (programas de gobierno) con maquinaria”, nos contó.
Don Alberto explica que primero tarda media hora en hacer la copa del sombrero y posteriormente sigue tejiendo la parte que se denomina como ‘falda’, así poco a poco se le va dando forma. Finalmente lo plancha y le coloca una capa protectora que ayuda a proteger de los rayos del sol. Trabaja todos los días jornadas de diez horas, para que en una semana logre fabricar medio centenar de sombreros. Cada uno ya terminados los ofrece entre 200 a 300 pesos, en promedio.
“Les ponemos un solvente, es como barniz para que resbale las gotas de lluvia, que se resbale en la palma y que proteja del sol”.
Ahora Alberto alimenta la tradición y le enseña este oficio a su hijo para que sea la cuarta generación consecutiva de fabricantes de sombreros de paja. Su empresa se llama Sombreros Teocal.
El presidente de la Cámara de Comercio de Guadalajara, Raúl Uranga Lamadrid invita a los jóvenes a capacitarse para enriquecer con tecnología las tradiciones y ayudar a las empresas familiares a sobrevivir y expandirse no sólo en la región o a nivel nacional sino incluso a exportar productos mexicanos de alta calidad.
¡Apoya a la artesanía! ¡Consume local!
Texto y fotos: Adriana Luna
Gina
septiembre 23, 2023 at 11:09 am
Si pongamos de moda el sombrero. Que no se pierda. Aun q yo ya no tan joven pero también me lo pondré.