La música hace feliz a Daniela Liebman. Ella agradece que en su niñez, antes de tener un dispositivo electrónico en la mano, ya estaba tocando el piano. El cerebro de los pequeños se nutre con las artes. Por ello, la famosa pianista que representa a México en los más grandes escenarios del mundo, insta a los padres de familia: acercar la música y la danza a sus hijos desde antes de que nazcan.
Daniela Liebman acaba de cumplir 21 años, su regalo fue estar en su terruño. “Ay, bien rico, todos me invitan pastel”, dice entre risas. Al arribar a Guadalajara y pisar de nuevo el Teatro Degollado recordó cuando tenía seis años de edad, los fines de semana acudía emocionada al concierto de la Orquesta Filarmónica de Jalisco acariciando el sueño de convertirse en pianista famosa.
“Cuando pienso en Jalisco, pienso en mi familia claro, pero especialmente en la cultura, en la música, el arte, la gastronomía, la danza, eso nos forma una identidad, pero también forma comunidad. ¿Sin esto, qué somos? -se pregunta de forma retórica-. Tuve la suerte de estar expuesta desde niña a la música. Me es fácil conectar con el mundo. Aunque no necesariamente tiene que ser música clásica, la música y arte en general. Es tan importante tener Arte en la escuela, te abre la mente, te conecta con tus colegas, con tus amigos al tocar y tener proyectos juntos. Tiene que ver con compartir una pasión, no necesariamente con sacar buenas notas. Ahí comenzamos a crear comunidad”, nos comentó.
Las Matemáticas, Español, Educación Física todas las materias escolares son básicas pero la Cultura y las Artes logran conexiones neurológicas y de apego, crean comunidad salvando a la juventud y a las familias, insistió la pianista tapatía. Daniela pide a los padres que antes de darle a los bebés dispositivos electrónicos, los acerquen a instrumentos musicales, pueden ser los pianitos con figuras de animalitos, un xilófono, una flauta, una armónica o la danza.
“Había música, había un piano antes de tener un teléfono celular en la mano. No sé lo que es crecer con una presencia tan fuerte de tecnología. La música te da una identidad propia y una forma de expresarte que no te la pueden dar las redes sociales, por ejemplo. El mundo cambia tan rápido, de una generación a otra es muy diferente la forma de crecer. Mil veces es mejor tener un instrumento. El arte en general. Yo digo la música porque es la pasión de mi vida”.
Liebman, estudiante de Juilliard – famosa escuela creadora de músicos ultra profesionales-, subraya que saber tocar un instrumento o aprender a bailar le da a los niños una voz propia, una identidad que nadie les podrá arrebatar.
“Es importante encontrar algo que te apasione. Creer en ti mismo. Siempre es difícil confiar en tu habilidad, en tu voz y en lo que quieres decir. Pero cuando encuentras algo que te gusta mucho y tomas el riesgo de creer en ti mismo ¡vale la pena! Encuentras la forma de ser feliz, y para mí, es la música, es una reflexión de quién eres. Ser mexicana se refleja en cómo toco”.
Daniela está convencida que ser mexicana le da una valentía fuera de lo común para competir con cualquier artista, sin importar su nacionalidad. Ella se nutre de la riqueza cultural y artística de una nación como la azteca.
Texto: Adriana Luna
