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Rosario, la niña de los vestidos para muñecas

Sentada en el patio de un pueblito de Michoacán, sus manitas se movían con destreza, era la niña Rosario que hacía vestidos con hojas de maíz para sus muñecas. Tenía una predilección por los colores vivos. Hoy, como reina de la alta costura mexicana, teje el arte popular, raíces y tradiciones, recibiendo aplausos y ovaciones en las principales pasarelas del mundo.

Sentada en el patio de un pueblito de Michoacán, sus manitas se movían con destreza, era la niña Rosario que hacía vestidos con hojas de maíz para sus muñecas. Tenía una predilección por los colores vivos. Hoy, como reina de la alta costura mexicana, teje el arte popular, raíces y tradiciones, recibiendo aplausos y ovaciones en las principales pasarelas del mundo.

Cuando era niña le encantaba la ropa nueva, quería estrenar vestidos todos los domingos para ir a misa, obviamente ese gusto le era imposible a su familia. Pero fue esa pasión lo que la motivó para aprender corte y confección. Hoy es la única mexicana en ganar un premio Emmy por el vestuario de atletas durante los Juegos Panamericanos de Guadalajara.

Hoy Rosario Mendoza Verduzco es una reconocida diseñadora. Estudió Historia del Arte de México. Teje sueños mexicanos con ropa de manta. Con cada modelo cuenta la historia de un país rico en colores, texturas y cultura. Da oportunidad laboral a las mujeres indígenas, para que ellas puedan estar cuidando a sus hijos en casa, pero al mismo tiempo bordando sus sueños como les enseñaron sus ancestros. Esta artesanía se vuelve invaluable, al representar la independencia económica y empoderamiento de estas mujeres.

Las adversidades han sido su empuje hacia el triunfo. Originalmente Rosario vendía accesorios femeninos (aretes, collares y otros productos artesanales) para tiendas de autoservicio, pero el mercado fue prácticamente tragado por los asiáticos, ella se vio obligada a cerrar su negocio, le fue imposible competir con los precios. Además, quedó endeudada en dólares y con su casa hipotecada. Lloraba por las noches, cuando sus hijos no la veían, no quería que vieran a su madre ‘fracasada’.

Fue por su familia, lo que le dio la fuerza que necesitaba para enfrentarse a un duro golpe. Recordó su niñez y el vestuario que usaban hombres y mujeres de campo, recordó la ropa de manta.  También como se corriera un telón, vinieron a su mente momentos en los que la gente ‘le chuleaba’ los modelitos que ella elaboraba para sus hijas. Así nació TAKASAMI, que son las iniciales de los nombres de sus niñas.

Rosario vio la oportunidad de modernizar estos atuendos, que la gente común usara ropa de manta en cualquier ocasión, que portaran con orgullo a México y sus tradiciones. Hoy tiene líneas definidas para mujeres, varones, hogar y uniformes. Todos con la característica tradicional de los colores y los tejidos artesanales de México y la tela de manta. Diseña incluso vestidos de gala y modelos para novias.

Su tesón y ejemplo como mujer empresaria, la ha llevado a desempeñarse como dirigente empresarial en la industria del vestido y miembro del Consejo de Cámaras Industriales de Jalisco. Ha sido reconocida con el galardón ‘Women together awards’ por parte de la Organización de Naciones Unidas, ONU (2017) por promover los valores éticos, filosóficos, morales, científicos y económicos.

En 2019 a todo el mundo nos alcanzó la pandemia, se paralizó la economía, se cerraron las plazas comerciales, los talleres. Rosario sentía el agua al cuello, pero lo que más le preocupaba eran todas esas familias que en la ciudad y en las zonas rurales dependían de su trabajo. Así que nuevamente pensó cómo reinventarse, la oportunidad surgió en los cubrebocas. Diseños de calaveras, de Día de Muertos, rebozos, Frida, todo lo que su creatividad le dictó. Hombres, mujeres y niños lucían con orgullo sus diseños, mientras a la par protegían su salud y daban empleo a todas esas mujeres indígenas.

Recientemente, el equipo de beisbol Los Mariachis de Guadalajara invitaron a Rosario Mendoza como madrina, para que lanzara la primera bola de la temporada. La artista y diseñadora mexicana portaba con orgullo su camisa rayada con la palabra Guadalajara en el pecho, adornada con una enorme sonrisa hizo desde el montículo su mejor lanzamiento, reconociendo con humildad que estaba ‘más nerviosa que su participación en el Fashion Week de Shangai’. Así es ella, una mujer que inspira al mundo, sin darse cuenta.

Texto: Adriana Luna / Fotos: Ramón Matus

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