Luis Eugenio, un niño citadino que le tenía miedo a la oscuridad, ruidos extraños y animales raros, pero le encantaban los insectos. Venció todos sus miedos. Hoy es experto en escarabajos y le ha dado al mundo, 40 nuevas especies de coleópteros.
Luis Eugenio vivía en la colonia del Fresno, en su adolescencia decidió estudiar una nueva carrera que ofertaba la UdeG, Biología. Se enfrentó a diversos retos, hoy al recordarlos, esboza una enorme sonrisa.
“Soy de los primeros biólogos que tuvo la universidad, soy tercera generación. Aquí es vocación, desde niño me gustaban los insectos. Me quedaba claro que yo no estudiaría una carrera para estar atrás del escritorio, para mí era como estar en la cárcel, quería estar en contacto con la naturaleza, pero le tenía miedo a la noche, nunca salía de Guadalajara”.
Ya se imaginarán entonces esa primera noche en la sierra, entre risas recuerda que no durmió. Todo el día se mantuvo con el ‘ojo pelón’.
“Me voy a la sierra a trabajar con insectos, de noche. ¡Casi me da un paro cardíaco! -ríe-. Escuchaba ruidos. Conforme pasaron los años fui aprendiendo y adquiriendo experiencia, para enfocarme. Yo soy especialista en escarabajos. Hace 15 años empecé a rescatar fauna silvestre y tuve que aprender a cómo manejar una serpiente, una tarántula, un coyote, un zorrillo. Te nace el amor por los animales. A su manera, ellos te agradecen cuando lo salvaste, les das de comer o les das agua. Y eso no cualquiera lo hace”, explica.
Luis siempre recordaba las palabras de su abuela María de Jesús: “si tú no tienes pasión en lo que haces, no sirve, es insípido”. Así que hoy a los muchachos que están por determinar su carrera universitaria les recomienda que “lo que decidan estudiar: biología, ingeniero en recursos naturales, veterinario, ¡háganlo con pasión! Entregados al cien por ciento. Esta carrera no es para que seas rico, pero eres rico en vivencias y experiencias que te da la naturaleza. Lo que nosotros vemos en el campo, millones de personas nunca lo ven”.
Han pasado más de cuatro décadas, y sigue aprendiendo de la naturaleza. Como especialista en escarabajos.
“Aprendes y aprendes. Hasta el último minuto de mi vida voy a estar aprendiendo, eso es lo interesante de la biología. En mi caso como entomólogo, llevo cerca de 40 especies nuevas de escarabajos para el mundo. Descubrir una especie nueva de mamífero es muy difícil, ya casi está todo conocido, pero en invertebrados: marinos, arácnidos o insectos, ahí vas a conocer especies nuevas”.
Le preocupa que miles de especies de fauna en México se están extinguiendo sin haberlas incluso conocido. Lo peor de todo es que los mexicanos se han convertido en sus depredadores, por miedo, por mitos, por ignorancia y por expandir las grandes urbes acabando con su hábitat.
“El problema es que se están perdiendo muchas especies sin haberlas descubierto antes, eso es lo peor. Antes de que llegue un experto ya se extinguió lo que había. Y aquí mismo en Guadalajara, no nos vayamos lejos. En el Cerro del 4 encontrabas serpientes y otras especies, ve ahora cómo está, es una tristeza. Somos lo peor, somos depredadores, avanzamos y nadie nos para. Ellos buscan donde sobrevivir”, lamentó.
El maestro Luis hoy apasionado de la fauna jalisciense, disfruta pasar días enteros en la sierra de Manantlán convencido que faltan muchos tipos de escarabajos por conocer. Armó un equipo de trabajo con expertos y estudiantes para documentar las especies que hay en Jalisco, quiere dejar el mayor conocimiento a las nuevas generaciones.
Luis Eugenio recomienda a todos que si ven una especie rara en el jardín, parque, casa o donde sea, le tome fotografía y avise de inmediato a las autoridades, quizás pueda aportar una nueva especie al mundo. Por lo pronto, el maestro nos regaló su frase de vida: “No puedes amar, ni conservar lo que no conoces. ¡Así de sencillo!”.
Texto y Fotos: Adriana Luna