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Modela su corazón indígena

Esmeralda es comunicadora y modelo, nació en Tepatitlán. Fue reina de belleza. Aunque vive en el pleno corazón de Los Altos de Jalisco, encontró su corazón entre indígenas. Visita las comunidades llevando juguetes, instrumentos musicales y felicidad. ¡Se ha vuelto una más!

Esmeralda es comunicadora y modelo, nació en Tepatitlán. Fue reina de belleza. Aunque vive en el pleno corazón de Los Altos de Jalisco, encontró su corazón entre indígenas. Visita las comunidades llevando juguetes, instrumentos musicales y felicidad. ¡Se ha vuelto una más!

Desde hace varios años visita cuatro etnias indígenas: wixárika, cora, mexicanero – grupo que habla una variante de náhuatl- y tepehuano ubicadas en zonas serranas de Jalisco, Nayarit, Durango y Zacatecas.

“Una vez vi a un niño de 8 años con la espalda negra de golpes. Entonces me empecé a preguntar cuánta felicidad viven estos niños. A lo mejor no pueden tener mucho en la vida, hay muchos niños que jamás reciben un juguete, no tienen ni cinco minutos de felicidad. Yo comencé a preguntar dónde no llegaba gente a entregar juguetes en la sierra. Ahí subes con permiso para entrar, no puedes llegar como Santa Claus porque no regresas”, nos explica.

Esmeralda profesa la religión católica, hace 20 años comenzó con trabajo misional, fue maestra en una escuela indígena. Ocho meses estuvo en la sierra y se percató que los niños indígenas no jugaban, no recibían regalos en Navidad y se despertó en ella la necesidad de hacer un movimiento para llevarles alegría y obsequios que pueden ser juguetes o instrumentos musicales.

“Si hay por ejemplo dos o tres niños que quieren aprender música les conseguimos instrumentos musicales. Todo se hace a base de donaciones, no tengo una institución que me respalde solamente aparto dinero y pido apoyo. Es como le he hecho”.

Esmeralda invitó a otros amigos a ir a entregar juguetes a la sierra, ahora se ha convertido en todo un movimiento de generosidad.

“Una vez se nos hundió la lancha en la Presa de Aguamilpa rumbo a Nayarit, para llegar a las comunidades. Otra vez se nos hundió el camioncito, depende de los caminos a veces están tronados, la presa a veces tiene agua y a veces no, entonces tienes que amarrar las cosas en burro para entrar (a las comunidades). Cada vez que vas tienes que revisar las condiciones (climáticas)”.

Sin percatarse totalmente formó parte de la comunidad y comenzó a ganarse su simpatía e incluso a vestirse como indígena.

“Cuando tu testimonio no sea suficiente, vas a tener que hablar. Cuando llegas a la sierra tienes que hacer comunidad, llegas a comer con la familia, trabajar con ellos, dormir donde duermen, jugar a lo que el niño juega, si las señoras lavan en el río o se bañan en el río tú también te bañas en el río. Yo primero usaba mi ropa, pero la gente comenzó a regalarme sus trajes indígenas. Una vez me dijeron: ‘te ves fea, ponte el traje’, porque traía mi ropa. Ya soy madrina de niños y me invitan a sus ceremonias”

“Las diferencias están en la cabeza, no en el corazón. Ellos también quieren cuidar a sus familias, ellos también tienen fe en la tierra o las plantas, yo tengo la fe en Dios, pero eso no nos hace diferentes. Simplemente es no imponer, es respetar”.

Transitar por los caminos serranos se ha complicado no sólo por el clima sino también por la inseguridad y la presencia de miembros del crimen organizado.

“Si veo algo de peligro trato de no acercarme. Siempre camino con los niños en la comunidad, el niño es tu mayor protector porque ellos conocen. Vives con la familia, sí he dormido en el piso pero tengo un techo. Es como ellos te acogen en su espacio. Peligro vas a tener donde sea. Dios me ha cuidado mucho”.

Ahora aprovecha cualquier temporada del año para ir a visitar a sus amigos indígenas, va en Semana Santa “ellos hacen una ceremonia grande y les ayudo a tomar fotografías, es otra forma de convivencia. En agosto reúno despensa y voy a visitar a los enfermos, como dos adultos mayores que están casi ciegos tienen un violín casi destrozado, voy a llevarles violines para regalárselos. En diciembre voy a llevar los regalos”.

Así, esta reina de belleza se ha convertido en un modelo a seguir para otras niñas. “Se han dado cuentas que hay otra vida diferente, también puedes estudiar y ser una mujer que no se casó pequeña. Puedes ser feliz y autosuficiente, eso puede ser un tipo de inspiración”.

Texto: Adriana Luna / Fotos: Especial

2 Comentarios

1 Comentario

  1. Maria Livier

    febrero 6, 2024 at 8:48 pm

    Querida Esmeralda gracias por ese enorme corazón que tienes gracias por compartir parte de Ti a otras personas, por demostrar que El servir a los demás es lo máximo, por demostrar que no hay imposibles, por demostrar que para Ser misionero solo necesitamos decir lo puedo hacer y enfocarte en lograrlo. Que siempre sean bendecidos sus caminos y a las familias visitadas. Un abrazo Estoy orgullosa de Ti.

    • Adriana

      septiembre 28, 2024 at 11:31 am

      Un abrazo para ti, María Livier y para Esmeralda. Gracias por tu lectura

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