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Jacobo Peña, nacido para ser novelista

Diego y Liliana intentaban con historias convencer a Jacobito de comer vegetales, comenzaron una rutina en la mesa durante mañana, tarde y noche. No se imaginaban que el cerebro y la imaginación del niño devoraban esa información. Jacobo Peña Mesías comenzó a escribir cuentos a los 5 años de edad.

Diego y Liliana intentaban con historias convencer a Jacobito de comer vegetales, comenzaron una rutina en la mesa durante mañana, tarde y noche. No se imaginaban que el cerebro y la imaginación del niño devoraban esa información. Jacobo Peña Mesías comenzó a escribir cuentos a los 5 años de edad.

Inesperadamente la creatividad del niño (nacido en Bogotá, Colombia) comenzó a desbordarse y a los 10 años ya escribía novelas. De pronto comenzó a ganar concursos de cuentos.

“En mi colegio las clases de literatura y arte son escasas, prevalece el enfoque de pensamiento crítico, lógica y lenguaje pero como lectura de discursos, no tanto de escritura. De dónde me alimenté para la escritura fueron las lecturas que hacía y el acompañamiento de mi familia porque para darme de comer en el desayuno y la cena, inventaban una historia para persuadirme. Ese contacto constante con las historias a lo largo de mi niñez fue lo que me permitió tomar la iniciativa de escribir”, nos cuenta Jacobo, hoy estudiante de bachillerato.

Antes de los diez años ya había escrito dos novelas: Cae la oscuridad y Viaje al largo Dargosuch que nunca se publicaron. ¿La razón? ¡Autocensura, el niño quería perfeccionar el texto!

“Desde chiquitico le iba dictando a mis padres, ellos escribían como mecanógrafos. He aprendido a crear la trama. A los siete años escribí Viaje al largo Dargosuch, muy al estilo Julio Verne, un viaje por el océano para encontrar un monstruo. Cargaba un cuaderno, me lo llevaba al pueblo con mi abuela y comenzaba a escribir, lo llevaba a todas partes, era como mi acompañante. Terminé la novela, pero en el proceso de corrección me di cuenta que quería algo diferente y comencé Looderish”.

Nunca olvidará aquella noche de Halloween, cuando regresó a casa disfrazado y se encontró con cajas y cajas organizadas en torrecitas ¡contenían libros! Al destapar una, se encontró con Looderish Hsiredool su novela de 732  páginas que había sido impresa con los ahorros familiares.

“Mis papás fueron los gestores de la publicación. ¡Tuve a Looderish entre mis manos y fue un orgullo intenso! Fue tremendamente emocionante y mi vida dio un vuelco. Ahora comenzó la labor de autopromoción”, dijo con una enorme sonrisa y ojos brillantes.

Como su mente no cesaba de crear y mostrar su perfeccionismo, corrigió y añadió unas páginas, hubo segunda edición. Hoy el escritor colombiano cuenta con 15 años de edad, llegó a la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara trayendo bajo el brazo su novela con la ilusión de contactar con una editorial que creyera en él.

Nunca esperó conocer entre los pasillos a escritores consagrados, entre ellos la poeta mexicana Coral Bracho, ganadora del Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances 2023 con quien intercambió datos para compartir poemas y textos. Todos le instaron a seguir escribiendo, y sobre todo, a creer en su talento. Jacobo en un año más y ya entrará a la universidad para estudiar Literatura.

“Es una comunión de autores. Yo siento que es el inicio de un trayecto, es asegurarme que el camino estará pavimentado, una transición muy bonita, encuentro que la escritura puede ser algo compartido. No sólo se trata de escribir y publicar, sino de conversar con otros autores, conocer mundos y hacer retroalimentación para nutrir mi literatura. Descubrí esos mundos de autores”.

Jacobo está convencido que tiene un león rugiendo en su interior. Recomienda los jóvenes no tener miedo e incursionar en sus pensamientos y crear personajes con un lápiz y un cuaderno en la mano, con una computadora, para que cobren vida.

“Es un aliento literario, un león rugiendo dentro para escribir una palabra, una novela, un cuento, lo que sea. Primero tómense el atrevimiento de hacerlo porque vale la pena. En mi experiencia es uno de los viajes más maravillosos que he podido emprender a lo largo de mi vida: la publicación. Pensar en un potencial lector, es inevitable como autor. Den la vida por ese personaje, por esa atmósfera, por ese escenario”.

Texto y fotos:  Adriana Luna

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