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Editorial Kamlet, la elocuencia de la oscuridad y el nuevo Romanticismo

El inframundo, la muerte, los murciélagos, la oscuridad, la sangre conviven en el interés colectivo de la humanidad sin importar su cultura. Editorial Kalmet apuesta por la calidad literaria y libertad creativa de autores emergentes.

El inframundo, la muerte, los murciélagos, la oscuridad, la sangre conviven en el interés colectivo de la humanidad sin importar su cultura. Editorial Kalmet apuesta por la calidad literaria y libertad creativa de autores emergentes.

En Grecia, Roma, Mesopotamia, Israel, China, incluso en la cultura prehispánica se encuentran vestigios vinculados a los murciélagos de la muerte. Los mitos vampíricos similares se replican en diversos lenguajes.

“La imagen del vampiro es lo que en esencia todo el humano desearía: no mueren (a menos que se les produzca la muerte), son eternamente jóvenes, encantadores, poderosos”, nos comenta la doctora en Literatura, Laura Yadira Munguía Ochoa, al caer la tarde mientras descansa en las antiguas sillas confidentes ubicadas en el Paseo Montejo de Mérida, a donde acudió como invitada por UC- Mexicanistas en el marco de la Feria Internacional de la Lectura Yucatán (FILEY).

“El arquetipo del vampiro romántico casi siempre se vincula con la nobleza, la belleza, la inmortalidad, la eterna juventud. Son los deseos primarios de todo ser humano. Se nutren de la sangre como una cadena alimenticia. Vamos otra vez al origen del deseo y problemáticas, lo demás es un ropaje de los personajes”, añade la tapatía que también ocupa un lugar privilegiado entre los especialistas en vampirología.

Incluso en la mitología maya existe el dios Camazotz, el vampiro de la muerte, con forma chiróptera (alado). Sus descendientes, los “úukum sotos”, seres nocturnos, mitad hombre y mitad vampiro, hematófagos.

“Si nos vamos desde el mosquito hasta Drácula es una cadena alimenticia. Es curioso que muchísimas culturas de todo el mundo tienen una figura parecida al vampiro, incluso aquí en Yucatán hay un vampiro maya. La imagen de este vampiro; aristocrático, guapo, joven es totalmente literario”.

Munguía, también con Maestría en Historia, detalla que las narrativas de la hematofagia protagonizan a personajes inolvidables, encantadores y terroríficos como Drácula. La elección de sus víctimas es peculiar y perfecta porque les genera su nutrición. Son historias que sólo podían ir de la mano con la literatura, extremadamente popular en los siglos XVII y XVIII.

Un sello editorial para autores emergentes

Yadira Munguía y Pedro Paunero bajo el sello de la Editorial Kalmet (2024) promueven textos literarios con ideas originales de jóvenes escritores emergentes. La imaginación de esta nueva generación traerá consigo el surgimiento de una nueva corriente del Romanticismo y la elocuencia de la oscuridad.

“La idea principal es hacer un rescate literario de temas alternativos dentro del canon de la literatura. A la par de impulsar autores jóvenes dentro del mismo género. Hay autores muy interesantes y rigurosos, otros están en vías, pero creo que actualmente estamos viendo un nuevo Romanticismo con la búsqueda de estas temáticas y que puede derivar en toda una corriente artística interesante”.

Aunque se percibe una falta de identidad e ideología de vida entre la mayoría de las personas que permanecen inmersas en un universo digital, a la par se gesta una inmersión individual de algunos seres en busca de la esencia humana.

“La era tecnología es comparable a la Revolución Industrial, que a contra parte, dio paso al Romanticismo generando este tipo de temáticas. Pudiéramos ver un retorno a este tipo de manifestaciones, un escape, una huida de las cuestiones realistas científicas, buscando una forma de expresión diferente, más espiritual que realista. Va a la esencia humana, finalmente el miedo es lo más natural que tenemos, no lo podemos dejar de sentir”, añade.

El miedo a lo desconocido, a lo sobrenatural atrae a múltiples lectores: “un ruido fuerte nos asusta, si razonar. Estas temáticas van precisamente a estas reacciones ancestrales. Sí podemos verlo como una válvula de escape a la cotidianidad, y prácticas actuales, que tienden más a lo racional y lo científico. Son varios géneros, la novela negra es policiaca; tenemos novela gótica que van hacia el Romanticismo literario; tenemos la ciencia ficción, la fantasía. Son varias temáticas que resultan atractivas para los jóvenes”.

La novela negra no destaca el hecho violento en sí, se concentra en la investigación, en las habilidades del investigador para llegar a conclusiones especificas para resolver el crimen y desenmascarar al victimario. La realidad cruda de la violencia actual supera la imaginación colectiva, por ello evoca a la esencia humana tratando de encontrar resquicios de bondad.

“Son muy humanas y van más allá de una situación cotidiana, es escarbar lo más humano de lo humano. Por ejemplo, la considerada primera obra de ciencia ficción y de terror, Frankenstein publicada en 1818, sería una obra que plantea la existencia de un monstruo que está hecho con pedazos de cadáveres, pero te lleva a reflexionar ontológicamente a este ser. ‘¿Qué soy?’, se plantea él mismo. Es una reflexión vivencial que va más allá de la aparente escenografía terrorífica. Es buscar en los mecanismos humanos que llevan al miedo y problemática profunda del ser humano”.

Texto y Fotos: Adriana Luna

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