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Revivir a José Clemente Orozco, hombre apasionado por el arte

José Clemente Orozco nació el 23 de noviembre de 1883 en Zapotlán El Grande, Jalisco. Su niñez no fue fácil, quedó huérfano a los 19 años, vivió en tiempos belicosos tanto en México como en el mundo, pero encontró en el arte su pasión, pintando con una sola mano.

Foto portada Crédito: Museo Nacional de Arte INBA

José Clemente Orozco nació el 23 de noviembre de 1883 en Zapotlán El Grande, Jalisco. Su niñez no fue fácil, quedó huérfano a los 19 años, vivió en tiempos belicosos tanto en México como en el mundo, pero encontró en el arte su pasión, pintando con una sola mano.

Fue un hombre apasionado por las artes plásticas, su talento era único, su ideología de izquierda era clara y adelantada a su tiempo. Era una voz importante en el movimiento del realismo social y el indigenismo.

Muchos mitos y mentiras se han propagado en torno a este polémico artista plástico, que se destacó entre el grupo de los muralistas mexicanos de inicios del Siglo XX, asegura su nieta Rosa Clarissa Orozco Farías.

“Le tocaron dos guerras mundiales y la Revolución, no es fácil salir adelante, quedó huérfano a los 19 años. Todo eso es lo que se debe conocer, la historia del hombre. A los 20 años tuvo el accidente y perdió una mano, se tuvo que hacer cargo de su mamá. Situaciones muy críticas, pero salió adelante”.

Rosa añade que Orozco dejó como legado muchísimos murales en la Ciudad de México en el Castillo de Chapultepec, en el Palacio de Bellas Artes, en la Suprema Corte de Justicia, en la Normal, la Preparatoria 1, etc.

Lamenta que se cuenten historias difamatorias: “me da mucha tristeza que el TEC de Monterrey, siendo una universidad prestigiosa, desacredite a mi abuelo. Él perdió la mano a los 20 años haciendo experimentos de pólvora, hay una fotografía de él con su mano cuando tenía 19 años. Y el TEC hizo una parodia espantosa de mi abuelo, burlándose de él, diciendo falsedades, él no perdió la mano a los 17 años, se dijo que ‘por metiche’, ¡con esa falta de respeto! También se puso a un Orozco de mentiras, diciéndole a mi abuelita que pintara los murales. ¡Esas son falsedades! Aparte no pagaron los derechos”.

Orozco fue contemporáneo de Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros y Frida Kahlo. Los trazos en sus más de un centenar de obras revelan influencia de los grandes: Francisco de Goya, El Greco, Giotto, Miguel Ángel y Vlady Kibálchich Rusakov.

“Digo con tristeza que mi abuelo, que es el embajador del arte en el mundo, no tiene un museo personal… En el país hay museos de Frida Kahlo, Rufino Tamayo, de Diego Rivera y a mi abuelo lo han relegado. Estamos luchando para que la casa taller, que pertenece al gobierno, el edificio que fue construido por mi abuelo. Hay que desmentir la placa que está afuera y dice que fue obra del arquitecto Barragán, no es así, mi abuelo hizo el proyecto y lo ejecutó, probablemente con opiniones de Barragán, pero no es su creación. Entonces queremos hacer un espacio personal que se llame: Espacio documental Orozco Farías”.

Cabe mencionar que Clemente Orozco tuvo un museo en la Ciudad de México y en Guadalajara, sin embargo, la familia decidió retirar las piezas de arte por una razón.

“Desgraciadamente se perdieron objetos personales y todas las piezas se retiraron porque estaban en comodato. No hay un lugar donde inspire el hombre, porque se conocen sus murales, pero conocer su historia, tantos niños quisieran conocer su vida y obra”.

Ahora el plan es reabrir un museo en la capital tapatía que incluya no sólo a Orozco porque Rosa también es bisnieta de Cleo Farías quien fuera padre de Ixca Farías (su nombre real Juan Farías y Álvarez del Castillo) el primer museólogo jalisciense del siglo XX, fundador del Museo Regional de Guadalajara.

“Queremos un espacio documental donde esté Valentín Gómez Farías, mi abuelo José Clemente Orozco y mi hermano Clemente Orozco, que se conozca la labor de mis padres para preservar el archivo de mi abuelo pintor. Que se conozca a mi madre que fue química y fotógrafa de Orozco. Este proyecto va a englobar a todos nuestros ancestros ilustres de las dos familias: Orozco y Farías”.

Actualmente se están reuniendo los fondos para hacer realidad el sueño museográfico. “Se aceptan donaciones, pero incondicionales, sólo por amor al arte y sólo por el agradecimiento a mi abuelo José Clemente Orozco como embajador de arte”, añadió.

Todavía no se decide el lugar dónde se ubicaría el museo, aunque se pretende que esté en una finca cercana a la Glorieta Minerva, para que esté en la misma zona donde el artista tenía su taller. Que se conozca la historia real de su vida.

“Queremos que las instancias gubernamentales devuelvan la vocación de museo al (edificio) que adquirió en (la calle) Aurelio Aceves que está a un lado de los Arcos de Avenida Vallarta. Ese edificio se vendió con la única condición que fuera toda la vida su museo, pero no cumplió el gobierno entonces, cumplió 30 años, pero después hubo desaciertos, robos y dejó de funcionar. Queremos que vuelva a ser su museo, porque si hubiéramos sabido que lo iban a usar para otras cosas no se hubiera vendido”, detalla.

Rosa, además de ser psicóloga de profesión es conferencista sobre la vida y obra de Clemente Orozco, aborda temas como arquitectura biológica. “Me siento muy orgullosa. Mi abuelo se casó a los 40 años, yo desgraciadamente nací cuatro años después de su fallecimiento. No lo conocí en persona, pero me siento muy orgullosa (de su origen). Mi abuelita que vivió 95 años, con ella conviví muchísimo, siento mucho aprecio por la vida que él dedicó al arte luchando”.

Primero la familia quiere concretar la apertura del museo en la capital tapatía, posteriormente hacer una ruta por sus murales en Ciudad de México y el extranjero.

“Queremos que le respete, que inspire a los niños, que se conozca su historia con datos fidedignos. Mi abuelo jamás pisó la cárcel, y en la CDMX en una ruta decían que estuvo en la cárcel ¡no es cierto! Si hubiera estado preso por sus ideas, yo no tuviera empacho en decirlo, pero eso es falso”.

Orozco fue un artista plástico prolífico, experimentó con diversas técnicas: fresco, litografía, dibujo, grabado, etc. También integró el Sindicato de Pintores.

“Hay toda una cantidad de murales, los más importantes están en Guadalajara en Palacio de Gobierno y en el Instituto Cultural Cabañas su obra cumbre (El Hombre de Fuego). Pintó en Orizaba (Veracruz), en Michoacán. Entonces estoy luchando para que se haga la Ruta Orozco, visitar los murales con derecho de autor, sería Guadalajara, Zapotlán. Después podríamos hacer otra ruta en CDMX y en Estados Unidos en (Los Ángeles, San Francisco) California y Nueva York”, finalizó.

Texto y foto: Adriana Luna

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