Gabriel Santa Cruz tiene medio siglo de recorrer carreteras de México y de Estados Unidos como conductor de camiones de carga. Reconoce que es una profesión difícil, a pesar de su experiencia. Hay riesgos no solo en la carpeta asfáltica sino también los peligros de percances provocados por inesperadas fallas mecánicas o por el crimen organizado.
“Es difícil, pero te divierte, te apasiona el trabajo. Se te exige mucho (como conductor) y el cuerpo a veces te dice que ya no puede, ahí sí está pesado. Me gusta este jale”, dice.
Así que cuando su hija Alma le externó que quería aprender a conducir un camión de grandes dimensiones, él tuvo sentimientos encontrados. Reconoce que le sorprendió su valentía y sus habilidades al volante.
“Estoy orgulloso de ella y ella también de mí. Sentí emoción, y a la vez miedo, porque no está fácil este trabajo. A muchos les ha tocado la mala suerte que se accidentan, sí me da miedo de ese lado. Hay riesgos andar en la carretera. Me preocupa que una descompostura (del tráiler) la deje tirada, uno como quiera es hombre, y aunque a uno le da miedo quedarse tirado en la carretera ella como mujer corre más riegos”
“A ella le recomiendo que tenga mucha precaución y que maneje tranquila. Me sorprendió que se aventara con el tráiler. ¡Ella es chaparra, y no hay chaparro que no sea carajo y además los tiene bien puestos, igual que su papá! Las cinco (ruedas) le esperan como agua pa’ chocolate”, expresa el progenitor con orgullo mientras su hija recibe su certificado como conductora profesional de camión de carga.
Alma Alejandra Santa Cruz Bravo recuerda que desde su tierna infancia estaba montada en un tráiler. Entonces lo veía enorme, y su papá era el superhéroe que podía conducirlo.
“Mi recuerdo es como a los cuatro años de edad, ya andaba ahí de traviesa con mi papá. Para mí era un carrote, pensaba que era imposible de manejar. Ahora sé que no es imposible, aunque es grande, se puede controlar. Se necesita autocontrol. Si te sabes controlar a ti mismo, a manejar nuestras emociones, puedes también controlar una unidad tan pesada como es la quinta rueda (tráiler). Y la novedad para los chavos, que soy mujer. Es un encanto manejar esa unidad, el secreto está en no tener miedo”, nos comenta con una sonrisa y un ramo de rosas en la mano, regalo de graduación.
Los choferes del camión de remolque suelen cumplir con un horario laboral estresante y pesado como la unidad. Por salud su jornada de trabajo incluye el tiempo de descanso para poder recuperarse y no poner en riesgo a las demás personas que transitan por las carreteras. Es una responsabilidad que debe tomarse sí o sí.
Cortesía Canacar de Occidente
Juan Pablo tiene 21 años y es otro de los conductores que se capacitó en el manejo de tráiler por parte del Gobierno de Jalisco. Él subraya que además de conocer la mecánica del camión de carga también deben de conocerse a sí mismos y cuidarse para evitar errores y trastornos de sueño:
“Va involucrado el autocuidado, si tú como conductor te cuidas, también cuidas la unidad y a los demás usuarios de la vía. No subir personas (extrañas). Lo más importante es salvaguardar la vida porque la carga está asegurada, se recupera, pero la vida no retorna”.
El conductor debe estar alerta para distinguir a las personas que intentan perpetrar ilícitos como por ejemplo el robo del camión de carga.
“Observar, ir alerta todo el tiempo para evitar riesgos. No poner resistencia (al atraco), la mercancía cuenta con seguro, lo que tenemos que hacer es cuidar nuestra propia vida”, añadió Alma.
No cualquier persona puede conducir un camión de carga o hacer maniobras para estacionarlo. Es tan demandada esa profesión que al momento hay unas 5 mil plazas ofertadas tan sólo en Jalisco. En Estados Unidos también existe déficit de traileros por ello les ofrecen hasta 60 mil pesos mensuales y la oportunidad de adquirir su propio camión de carga.
Alma y Juan Pablo, recién egresados de la capacitación como conductores profesionales de camiones de carga.
Texto y fotos: Adriana Luna