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Ildefonso Loza Márquez, padre del Periodismo Radiofónico en Iberoamérica

Ildefonso Salvador Loza Márquez García de Quevedo tenía pocos años de edad cuando en la época Cristera su padre fue asesinado debido a la fe religiosa que profesaba. La vida de ese niño quedó marcada por el suceso. En honor a su progenitor, aprendió lo más que pudo sobre la Iglesia Católica. Posteriormente, se convirtió en el padre del periodismo radiofónico y fue pionero en la corresponsalía para México sobre el Vaticano y el Papado.

Ildefonso Salvador Loza Márquez García de Quevedo tenía pocos años de edad cuando en la época Cristera su padre fue asesinado debido a la fe religiosa que profesaba. La vida de ese niño quedó marcada por el suceso. En honor a su progenitor, aprendió lo más que pudo sobre la Iglesia Católica. Posteriormente, se convirtió en el padre del periodismo radiofónico y fue pionero en la corresponsalía para México sobre el Vaticano y el Papado.

Nació en San Luis Potosí, pero desde pequeño vivió en Guadalajara. Ildefonso comenzó a trabajar para ayudar económicamente a su madre, vendía aguas frescas y especialmente los quesos que fabricaba su abuelo. Años más tarde, sin siquiera percatarse comenzó a emprender diversas actividades que revolucionarían el periodismo.

En su juventud observó que al Centro de Guadalajara llegaban cientos de visitantes, se le ocurrió comprar a plazos una cámara fotográfica en Laboratorios Julio y negoció con el dueño que se le diera prioridad en el revelado de fotos, y ¡lo logró! Así que todos los días salía temprano para ofrecer sus servicios fotográficos a los turistas, les tomaba la instantánea teniendo de fondo la Catedral tapatía y prometía tenerles la foto en unas horas, mientras ellos recorrían la ciudad. ¡Fue un éxito!

Uno de esos días se registró un incendio en un negocio ubicado en el centro tapatío, el espigado y curioso jovencito corrió para tomar fotos, se le ocurrió llevarlas al periódico El Informador. ¡Y las publicaron! Al ver sus fotos impresas en el diario, lo conquistó esa profesión.

Ildefonso amaba la tauromaquia y comenzó como reportero de La Lidia. Después, en 1957, se convirtió en el conductor de Gaceta del Aire, el primer periódico radiofónico, que se transmitía en XEAV Canal 58 con oficinas ubicadas en los altos del Teatro Alameda. Fue ahí cuando se le ocurrió transportar en diablito aquella grabadora AMPEX de carrete abierto a Palacio de Gobierno, la Catedral, Plaza de Toros y estadios, donde quiera que se registrara la noticia. Convirtiéndose así en el primer profesional en salir a reportear con grabadora a las calles. En aquel tiempo los locutores de radio y tv leían las noticias que publicaban los periódicos, los sucesos de un día anterior.

Él revolucionó la forma de transmitir la noticia, priorizando el hoy valioso ‘tiempo real’ convirtiéndose en el padre del periodismo radiofónico. Tras una ardua investigación, la UNESCO confirmó que la noche del 15 de abril 1957 durante el noticiario Gaceta del Aire se informó en vivo vía telefónica el accidente aéreo en el que murió el cantante popular Pedro Infante. Ildefonso había asignado a un reportero acudir al Aeropuerto de Guadalajara y entrevistar al encargado de la torre de control. ¡La noticia conmocionó a los radioescuchas!

Ildefonso se convirtió en la voz del Vaticano en México. En 1958 se transmitió en vivo el concilio donde se invistió a José Garibi Rivera como el primer cardenal mexicano. En aquel tiempo, tuvo la osadía de reunir a los seminaristas tapatíos que se encontraban en Roma y profetizó: “uno de ustedes será cardenal en el año 2000”. La declaración arrancó la carcajada de todos; sin embargo, Juan Sandoval Iñiguez, joven originario de Yahualica, Jalisco estaba en ese grupo y después del asesinato del cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo se convirtió en arzobispo de Guadalajara.

Fue el único periodista mexicano en transmitir desde Roma las elecciones papales de Juan XXIII, Pablo VI (el Papa de la Sonrisa), Juan Pablo I, Juan Pablo II, Benedicto XVI y el Papa Francisco (el primer latinoamericano). Durante la visita del Papa Juan Pablo II a nuestro país fue fotógrafo oficial, por ese trabajo recibió un galardón.
Su gran éxito como periodista y empresario fue el programa Caravana Deportiva que transmitía lo más importante de los distintos eventos deportivos de México y el extranjero. Diversas cadenas radiofónicas se enlazaban en simultáneo a una señal vía satélite para informar a sus escuchas los goles y marcadores registrados en los distintos cotejos en estadios del globo terráqueo que narraba el equipo encabezado por Loza Márquez.
También incursionó en el periodismo multimedia sin pensarlo. En 1997, se dio una alianza estratégica entre El Informador (el periódico más antiguo de Guadalajara) y Canal 58 (la radiodifusora más antigua de la ciudad), ahí nació El Informador 58, bajo la dirección del experimentado comunicador. Aunque reconocía que tenía una “voz de pito de calabaza” porque no pertenecía al grupo de los tradicionales locutores de voz engolada, sentía mucha responsabilidad de que se transmitiera un mensaje respetuoso para el público, pero severamente crítico para los políticos y gobernantes que no trabajaran a favor de la ciudadanía. Ildefonso escribió una serie de libros ‘Palabras que no se llevó el viento’. Fue el primer profesional multimedia del país al trabajar en radio, prensa, televisión e Internet.

Siempre que escribía con anticipación sus contundentes críticas, tipo editorial, al inicio de la hoja blanca escribía las siglas E.S.I. Era muy celoso de revelar su significado, pero un día que andaba de buenas me reveló que su petición era: Espíritu Santo Ilumíname. ¡Seguramente ese poder divino le daba sabiduría para poner a temblar a cualquier personaje que fuera blanco de su comentario!

Privilegió el periodismo más que a su familia

En su vida personal, Ildefonso solía no distinguir la estrecha línea e invitaba a su labor profesional a invadir su espacio familiar. Hasta instaló una cabina de radio con todo y antena en su casa ubicada por la avenida La Paz cerca de la Glorieta Minerva de Guadalajara. Era feliz transmitiendo tres noticiarios al día (matutino, vespertino y nocturno).

Ildefonso se casó y procreó dos hijos Ildefonso y Leticia, pero quedó viudo muy joven. Así que la vida lo retó también como padre soltero. Aunque tenía oportunidades para contraer nuevas nupcias esperó a que sus hijos crecieran e hicieran su propia vida. Finalmente, se casó con la española Olimpia Suco Fernández.

El padre del periodismo radiofónico desde hace años padecía pérdida de la memoria. Finalmente, dejó de existir terrenalmente a la edad de 92 años, el sábado 16 de septiembre. Su familia, amigos y colaboradores le despidieron en el Templo de Santa Teresita, en el corazón de la ciudad. La misa de cuerpo presente fue oficiada por su amigo el padre Tomás de Hijar, cronista del Arzobispado de Guadalajara. Tal como lo estipuló el locutor y periodista, sus restos fueron incinerados y descansarán en un nicho del histórico Templo Expiatorio.

¡Gracias Ildefonso por su gran legado al periodismo!

Texto:  Adriana Luna

*Este reportaje fue realizado con materiales de archivo de la familia Loza Márquez y aportaciones de amigos y colaboradores

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