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Michel Jauregui, un león con corazón de roble

En la carpintería de su padre, Michel aprendió a identificar una buena madera, entendió que se requiere arduo esfuerzo para lijar esa materia prima, embellecerla y transformarla, hacer de ella una obra de arte.

En la carpintería de su padre, Michel aprendió a identificar una buena madera, entendió que se requiere arduo esfuerzo para lijar esa materia prima, embellecerla y transformarla, hacer de ella una obra de arte.

Fue instruido por su talentoso progenitor para dar uso a todas sus herramientas, aprendió a dar en el clavo usando su creatividad y su talento para el servicio y el deleite de la gente.

Desde pequeño aprendió a ayudar en CarpinTodo, la empresa familiar ubicada en el tradicional Barrio de Santa Teresita de Guadalajara, a trabajar duro para ganarse las oportunidades y llevar el pan a la mesa.

El niño era el primero en levantar la mano cuando en la escuela solicitaban voluntarios para cantar, bailar y actuar en distintos festivales.

Michel jamás se imaginó que esas tablas le ayudarían a conquistar el mundo rugiendo como león. Este tapatío recuerda que a los diez años de edad, conoció por primera vez la historia de Simba y el Rey León.

“Simba es un personaje que me ha enseñado mucho. Se enfrenta a la vida, crece sin sus padres. Desde un punto de vista diferente yo estoy creciendo lejos de mis padres y te enfrentas a retos en la vida. Crecer como persona y el equivocarte. Una de las cosas más importantes de la vida es apostar a lo que quieres, si te equivocas, pues mira, hay una oportunidad para ser mejor. De las equivocaciones se aprende mucho y nacen cosas buenas”, nos comenta.

Michel a los años se percató que en este mundo salvaje, él ocuparía un puesto de linaje real en el mundo artístico, agarró sus maletas y se fue a Ciudad de México para prepararse profesionalmente en canto, baile, música y actuación.

Se enteró de la oportunidad para audicionar personificando a Simba en la obra de teatro El Rey León, en Madrid. ¡Sin pensarlo dos veces, se aventó! Por su calidad escénica, pulida en el CEA de Televisa logró el papel y desde hace una década su voz ruge en el famoso teatro Lope de Vega, de España.

“No puedo expresártelo con palabras, pero sentí una energía muy especial. Dentro de mí dije: esa oportunidad va a ser para mí. No sé si fue atracción, pero sentí algo tan especial. Ahora son diez años de mi vida (personificando a Simba) con presentaciones en dos países, y muy, muy contento. Una de las oportunidades más importantes que me han llegado en la vida, estar en una de las más grandes producciones de teatro a nivel mundial. Es la obra más longeva en muchos países, ha roto récords en España”.

Tal como Simba, se adentró en la selva. ¡Hakuna Matata! En busca de conseguir su sueño, Michel dejó a su familia, a su país, aferrándose con todas sus garras, se fue. Venciendo cualquier obstáculo ha logrado triunfar en los grandes escenarios teatrales. Irónicamente ese piso que hoy pisa en cada actuación, muestra las betas de la madera.

“Yo creo que debes arriesgarte, salir de tu zona de confort. La gente no va a decidir por ti, tú mismo tienes que confiar en ti, en tu talento, en tus proyectos. ¡Si tú no crees en ti, nadie lo va a hacer! Confía en tu talento, sal de tu zona de confort y de la monotonía. (En la obra) cuando volteas a ver al público y ves llorar a una persona, vuelve esa garra, te aferras, sigues creciendo para realizar tus sueños”.

Al mirar desde afuera, asevera que a México le hace falta alimentar el corazón de su gente con la cultura y las artes, que esos elementos formen parte de la educación básica:

“Tiene que ser una inclusión desde pequeños, que te transmitan la cultura, las ganas de ver teatro. En México hacemos teatro de muy buena calidad, no sólo musical o de texto, hay obras de 10 o 15 minutos escritas por dramaturgos experimentales y compañeros actores que quieren expresarse. Aquí nos hace falta mucha cultura de teatro”, sostiene el cantante y actor.

“Los mexicanos estamos muy bien preparados, nos falta mucho creer en nosotros, sentirnos capaz de hacer muchísimas cosas. Los mexicanos estamos hechos para romperla en todas partes del mundo”, añade.

El teatro fue creado para entretener a la gente, para cambiar mentalidades, para transformar y por ende nunca morirá, sostiene este artista: “el teatro es imposible de que pueda morir. El teatro desde hace muchos años es una liberación para la gente, para los actores. El teatro es vida, es pasión, es vivir personajes, entrar en energías nuevas, es llorar, reír, sentir”.

Michel se ha convertido en un león con un corazón de roble: fuerte, colorido, de calidad, valioso.

“Yo sería una madera de roble, que es bonita, de buen color, pero con una fortaleza grande para enfrentarse a la vida, a los objetivos y que la madera perdure. Por más fuerte que sea tienes que tener mucho cuidado para que luzca, que esté siempre fuerte, que tenga buena imagen. Eso es importantísimo en nuestra carrera (artística). Es maleable, puede cambiar de tonos de color”.

Texto: Adriana Luna

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