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¡Del pueblo a las pasarelas de la moda!

Raúl era el niño raro del pueblo, chistoso pero divertido. Todo el mundo lo amaba porque hacía reír a cualquiera que estuviera cerca de él. Amaba crear, dibujar y jugar con sus amiguitos en el pueblo de Atequiza, Jalisco, pero había algo que lo hacía diferente: no aceptaba que nadie le dijera cómo vestirse. Siempre experimentaba con su ropa, sin importar lo que le dijeran.

Fotos de Raúl Orozco

Raúl era el niño raro del pueblo, chistoso pero divertido. Todo el mundo lo amaba porque hacía reír a cualquiera que estuviera cerca de él. Amaba crear, dibujar y jugar con sus amiguitos en el pueblo de Atequiza, Jalisco, pero había algo que lo hacía diferente: no aceptaba que nadie le dijera cómo vestirse. Siempre experimentaba con su ropa, sin importar lo que le dijeran.

“Como adolescente, descubrí por mi hermana, las revistas de moda y me gustaron mucho. Antes no había tanta apertura para que los hombres se interesaran en la moda y más porque yo soy de pueblo. Siempre fui un niño muy diferente en mi vestimenta, super raro, pero también fui muy amiguero, era el chistoso del salón. Eso me protegió del bullying, por mi aspecto. Tuve una infancia muy feliz, en Atequiza fuí muy feliz”.

Era imposible que Raúl Orozco pasara desapercibido, era el que usaba los colores más llamativos o los accesorios grandes, brillosos, metálicos. Salía del típico adolescente pueblerino que viste jeans, playera o camisa vaquera, sombrero y botas.

“Siempre me gustó vestirme diferente y destacar de mis compañeros. ¡Imagínate en un pueblo! Resaltaba. Me gustaba la moda, así que lo más parecido que había para estudiar era diseño gráfico, carrera que ofertaba la Universidad de Guadalajara. Pero como toda mi familia era de maestros pues ¡terminé estudiando pedagogía en Atequiza!”, añade.

Cuando iba a mitad de la carrera para ser maestro de primaria, comenzaron a surgir referentes de diseñadores de moda originarios de Guadalajara, lo que de nuevo provocó en su interior el ardiente deseo de pertenecer al mundo de la moda.

“¡Yo quiero eso! Pero en la familia me rogaban que terminara ‘una carrera que deje dinero’ -risas-. ¡Que bueno que les hice caso! Ahora doy clases en la universidad y también tengo mi marca (de ropa y accesorios)… Bueno, me gradué. Fui maestro de Primaria. La moda era como hobbie sabatino. Pero ya estaba muy frustrado porque tenía toda esa vena creativa. Sentía mucha necesidad de materializar mis ideas, mis creaciones”.

Cojeando entre lo que le dictaba la carrera profesional y la pasión creativa, Raúl siguió su proceso para lograr una plaza como maestro en educación pública.

“En esa espera (de oportunidad laboral fija) me metí de lleno a estudiar diseño de modas. Entonces, ¡me hablaron para tener mi plaza en el magisterio y la renuncié! No le dije a mi familia hasta después -risa nerviosa-. Fue una bronca. ‘¿Cómo que renunciaste a la plaza?’, ya te imaginas. Les expliqué que quería intentar una carrera en el mundo de la moda. Ya después hasta me apoyaron económicamente porque me acabé los ahorros. Obvio no estaba preparado para estudiar una carrera tan cara como la de diseño. Estuvo muy chistoso porque hubo una validación para mí, participé en concursos nacionales de diseño y me fue super bien. Eso me dio validación para mí y mi familia. Creyeron en mí y me apoyaron al cien”.

El joven creador siguió con su crecimiento como diseñador profesional comenzó con mini colecciones de ropa para mujer.

“Ropa femenina, porque ya sabes, ellas compran más y aparte siempre te da más libertad para crear. Soy muy feliz, muy relax, eso se refleja en mi marca que es muy divertida, irreverente, muy yo, muy audaz. El año pasado, replanteé la marca porque vi que a pesar de que diseñaba ropa para mujer, también me compraban los hombres jóvenes. Aparte muchos me preguntaban por mi estilo de vestir y eso también generó ventas. Entonces pensé en enfocar el producto, la estrategia correcta, como ‘re-brandear’ (refiriéndose a branding), la marca”.

Hoy Raúl Orozco tiene 37 años, todavía da clases a jóvenes universitarios y a la par diseña.

“Soy profesor tengo una brecha generacional con mis alumnos y veo sus nuevas formas de pensar. Creo que entre ellos ya no existen estos tabúes, los veo super ‘open’ en todos los sentidos. Eso me ayuda, aprendo de ellos, me gusta la gente joven. De hecho mi familia me dice que siempre estoy en pubertad -risas-“.

Raúl Orozco recientemente tuvo el privilegio de ser tutelado por el famoso diseñador tapatío Benito Santos.

Texto Adriana Luna

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