El tejuino es una bebida tradicional en Guadalajara. Sobrevive al paso de los años, era una bebida en la comunidad indígena y ahora es sumamente popular. Los nietos de los tejuineros hoy se encargan de cuidar el legado familiar y con algunas novedosas variaciones conquista el gusto de los jóvenes. Se ha puesto de moda la ‘tejuichela’, que es una combinación del tejuino tradicional con nieve de limón pero se le añade cerveza y tequila. Qué decir también del tejuirindo que se elabora con la base tradicional, pero se le agrega nieve de tamarindo en lugar de la nieve de limón y va con un poco de chile en polvo. Esta oferta de bebida también puede llevar tequila si el cliente lo desea.
Este 19 de marzo Guadalajara celebrará el Día del Tejuino.
“La idea es que en los portales del Ayuntamiento de Guadalajara, como en el Paseo Alcalde y en la Rotonda de los Jaliscienses Ilustres pueda haber una exposición y degustación de varios tejuiineros”, adelanta la regidora tapatía, Kehila Kú.
En los festejos a esta bebida tradicional se entregará un reconocimiento especial a Don Marcelino, que a sus más de 90 años de edad se ha convertido en una leyenda viviente en el sector de los tejuineros.
El tejuino es una bebida tradicional en Guadalajara. Sobrevive al paso de los años, era una bebida en la comunidad indígena y ahora es sumamente popular. Los nietos de los tejuineros hoy se encargan de cuidar el legado familiar y con algunas novedosas variaciones conquista el gusto de los jóvenes. Se ha puesto de moda la ‘tejuichela’, que es una combinación del tejuino tradicional con nieve de limón pero se le añade cerveza y tequila. Qué decir también del tejuirindo que se elabora con la base tradicional, pero se le agrega nieve de tamarindo en lugar de la nieve de limón y va con un poco de chile en polvo. Esta oferta de bebida también puede llevar tequila si el cliente lo desea.
“Mi abuelito es de Encarnación de Díaz, Jalisco. Después se fue a Fresnillo, Zacatecas, cuando regresó a Guadalajara en 1949 aprendió a vender
tejuino. La única condición que le puso su tío para enseñarlo era que tenía que hacerlo bien. Mi abuelito aprendió sólo con verlo. Así que comenzó con Tejuino Marcelino en 1955, entonces había sólo cuatro tejuineros. Con el tiempo, mejoró la receta y nosotros somos la tercera generación. Seguimos en el Mercado IV Centenario, en la Capilla de Jesús”, explica América Ornelas, tejuinera y nieta de don Marcelino.
Durante el proceso de elaboración del tejuino, con el calor si se deja más tiempo en fermentación. la bebida queda con un sabor envinado. Siempre lleva jugo de limón, a pesar de que el precio por kilo siga incrementándose.
Entre los jóvenes tapatíos, “se ha vuelto muy popular la tejuichela, a mucha gente le gusta y más con este calorcito”, subraya Cristian, también tejuinero de tercera generación, quien expende el producto por las calles del municipio de Zapopan.