Entrevistas

Santiago, el pequeño Picasso

Santiago reconoce: «¡Quiero ser famoso en todo el mundo!”. 

«Lo que se hereda no se hurta», dice un refrán popular. Santiago, en lugar de jugar con carritos, desde los dos años de edad agarró un lápiz y comenzó a hacer trazos en la pared de su casa. Ahora tiene siete años y ya vende su arte en el centro del Pueblo Mágico de Tequila, Jalisco. Sigue el ejemplo de sus padres que son artistas.

En la escuela primaria está aprendiendo a sumar, restar y multiplicar, pero en su vida ya aplica esos conocimientos para sus transacciones comerciales.

Los fines de semana oferta sus dibujos hechos con crayolas, esos los vende a 30 pesos, mientras que los cuadros con pintura al óleo con dos vistas, los da en 200 pesos.

“Es un niño muy inteligente. ¡Ama, ama, ama pintar! Todos sus ratos libres se los pasa dibujando y pintando. Me han llamado la atención porque ha rayado las paredes (en otras casas). Entonces tratamos de explicarle que pinte en los cuadernos, en el papel, pero ¡tiene predilección por las paredes! Ellos (dos hijos) en casa tienen la libertad de pintar donde deseen. Pero, cuando vamos de visita a otra casa el ‘pórtate bien’ significa: ‘por favor, no rayes las paredes’. Él mismo le pone precio a sus obras y le compran bastante”, explica entre risas, su madre Nancy.

Santiago expresa sus sentimientos profundos a través de sus cuadros. Su potencial artístico es innegable. Dos de sus pintores favoritos son Jean-Michelle Basquiat (arte abstracto del neo expresionismo) y Pablo Picasso (creador del cubismo). La influencia de ambos artistas se evidencia en su propuesta, que apenas está naciendo.

Sus padres son artistas (con educación profesional), pero, incluso ellos están sorprendidos de la pasión y del talento que ven en el pequeño de la familia.

“Santi pinta desde que era un bebé, todavía ni caminaba, agarró crayolas y lápices, se puso a pintar todas las paredes de la casa. ¡Viene pintando desde antes de caminar! Todos en la familia pintamos, mi esposo Ricardo es colombiano y artista plástico. Nos conocimos en Puerto Vallarta, yo pintaba de forma autodidacta. 

Nos casamos y viajamos a la Ciudad de México, ahí estudié en el Instituto Nacional de Bellas Artes. Entonces todos pintamos. A mi hija la mayor le encanta pintar, pero a Santi se le ve esa pasión desde chiquito. Sin que nadie le dijera nada, él se ponía siempre a pintar. Hace dos años, sí en la pandemia, cuando tenía cuatro de edad, él nos expresó que quería vender sus pinturas”, añadió Nancy.

Santiago reconoce: «¡Quiero ser famoso en todo el mundo!”. 

Mientras ese sueño se hace realidad, todos los fines de semana este pequeño se levanta temprano, mete a su portafolio color morado todos los cuadros que ha  pintado y viaja junto con sus padres al centro de Tequila para ofertar su talento a los visitantes. 

Antes de la venta, el pequeño explica a sus interesados compradores todos los detalles sobre la técnica utilizada en cada cuadro: “Este es óleo, pero esta otra obra es crayola. Aquí pinté un paisaje. Pero aquí a Batman”.

¡Recuerde su nombre, porque este pequeño está convencido en que su obra estará en los principales museos del mundo!

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